Bienvenido a mi Rincón Literario

Quisiera expresar con palabras mágicas para mostrar el mundo que conocí a través de las maravillosas páginas de un libro. Páginas que me llevan a la risa y al llanto, que me hacen recorrer paisajes que nunca vería en otra realidad; páginas donde los personajes nunca mueren, quedan presentes y reviven cada vez que abrimos el libro. Páginas que pueden hacernos soñar con los ojos perdidos en ese mundo extraordinario.

Quisiera expresarlo pero esas palabras no existen, no se puede describir lo que leyendo podemos vivir”.


Ely Kraus

El Temor de ser Valiente


Él no era confiable y, sin embargo me sentí con coraje de enfrentarlo, fue allí que comenzó a persuadirme, me dijo que había cambiado, que estaba arrepentido. Volví a creerle. ¿Por qué no hacerlo?, a pesar de todo era mi padre.
Creí que jamás le perdonaría que, estando comprometido con mi madre, abusara de ella, sin embargo lo hice, pensé que había cambiado, me equivoqué.
Todo comenzó veinte años atrás, Marcos, mi padre, estudiaba en la facultad de medicina junto a mi madre, ella se enamoró perdidamente de él. Su relación parecía ser muy buena, hasta que él pidió algo muy difícil para ella, le dijo que necesitaba una prueba de amor, algo que los uniera, de tal forma que, ese amor no se rompiera jamás. Mi madre era una mujer educada en una familia cristiana y, a pesar del amor que sentía por Marcos, no olvidaría nunca los valores que recibió, nunca faltaría a su moral. La negativa respuesta de mi madre provocó una separación. Ella comenzó a estudiar de noche, salía de la facultad pasadas las 12, él no se conformó con la respuesta de mi madre y, una noche la esperó en los jardines de la facultad para violarla.
Mi madre nunca me contó lo sucedido, llegué a enterarme cuando ingresé a la facultad, yo también tenía vocación por la medicina. Mi abuelo, al enterarse, denunció a mi padre, hubo un juicio y, aunque todos sabían que mi madre había sido violada, nunca se condenó al culpable por falta de pruebas, el tribunal pensó que todo se trató de una relación normal, del cual ella había quedado embarazada e intentaba responsabilizar totalmente a Marcos.
Ya habían pasado muchos años. Él estaba presente en mis cumpleaños, tenía derechos como padre y consiguió la autorización para mantener visitas asistidas a mi casa. Siempre lo quise, pero me decepcioné al enterarme de toda la verdad. A pesar de todo, lo perdoné.
Una mañana, me encontraba en mi casa estudiando, cuando sentí que alguien abría la puerta de calle, pensé que era mi madre que regresaba de una reunión en la clínica donde trabajaba, pero me equivoqué. Era mi padre.
__ Papá, ¿cómo entraste?, no tienes llaves.
__ Tu madre me prestó las suyas.__ respondió escondiendo las llaves en su bolsillo.
__ ¿Qué haces aquí?.
__ Vine a buscarte, tengo que enseñarte una cosa, es una sorpresa.
Subí a mi habitación y me vestí para salir. Me llamó la atención que mi madre le permitiera venir a mi casa solo, pero supuse que ella llegaría antes de salir.
Baje al encuentro de mi padre y le pedí que esperáramos un rato pero me agarró del brazo y dijo que necesitaba hablar conmigo a solas para luego mostrarme la sorpresa que me tenía guardada. Subimos al automóvil que él manejaba, viajamos durante 15 minutos hasta que llegamos a un descampado.
__ ¿Qué hacemos aquí?__ pregunté asustada. Aunque apreciaba a mi padre, no podía olvidar lo que había hecho a mi madre.
__ Necesito hablar contigo.
__ No creo que éste sea el lugar apropiado para que hablemos__ respondí tratando de persuadirlo para que nos retiráramos de allí.
__ Éste es el mejor lugar.
Intentó sostener mi mano pero me zafé y salí del auto.
__ ¿Qué te sucede?__ preguntó incorporándose fuera del coche__ no tendrás miedo de…__ se detuvo al darse cuenta que no se equivocaba. Yo le temía. Luego continuó__ sé que piensas que yo abusé de tu madre y entiendo que sientas miedo de mí pero te puedo asegurar que nunca te daría daño, soy tu padre y te quiero como tal.
__ Perdóname papá, pero no puedo ocultar lo que despiertas en mí cuando estamos solos.
__ Hija, no puedo decirte nada más, siento un gran cariño por ti. Te prometo que jamás te sucederá algo como a tu madre.
Así pensé que sería. Esa noche me latía el corazón muy fuerte pero confié en mi padre. Pasamos tres horas conversando, luego me llevó de regreso a mi casa. Mi madre, al enterarse de lo ocurrido me prohibió que repitiera esa salida.
Una semana después llegó al país el hermano de mi padre, Carlos; cuando él me lo contó sentí la sensación de que no era buena la relación entre ellos. Después comprendí perfectamente por qué.
Dos días después de la llegada de mi tío, fue a buscarme y me invitó a pasear, mi madre siempre mantuvo buenas relaciones con mi tío, siempre pensó que él se había distanciado de mi padre por haber abusado de mi madre, en cierta manera, estaba enamorado de ella desde niños, pero nunca logró concretarse, ya que mi madre no correspondía a ese amor.
Él estuvo en mi casa temprano, junto a mi madre tomamos un café y luego partimos hacia una feria de animales que se hacía en el parque. Cuando llegamos nos dirigimos a un predio donde estaban los perros, allí me compró uno de peluche prometiendo uno de verdad si persuadía a mi madre que lo recibiera en casa. Recorrimos toda la feria y, cuando nos dirigíamos al auto para regresar, apareció mi padre.
__ ¡Déjala!__ dijo mientras sacaba un arma. El lugar donde mi tío había dejado el auto era muy oscuro y alejado debido a que los estacionamientos estaban colmados.
__ Vienes temprano hermano, pensé que llegarías en una hora__ dijo Carlos.
__ ¿Para qué regresaste? __ mi padre estaba furioso.
__ Lo hice para conocer a mi sobrina.
__ Eres un hipócrita. Suéltala.__ repitió.
__ Por favor, hermano. No hagas un escándalo porque todos se enterarán de tu problemita.
__ ¿Qué problemita?__ pregunté asustada. Intentaba evitar desesperarme pero cada vez me era más difícil.
__ No me importa que la gente se entere de mi problema. Ahora no seré el mismo cobarde. No te atrevas a tocar a mi hija.__ dijo mi padre.
__ ¿Tu hija?. Gracias a mí es tu hija. Ahora deja de molestarme, no vaya a ser que diga una locura.
__ Ella es mi hija y creo que es hora de que se entere de toda la verdad__ dijo gritando mi padre, luego continuó dirigiéndose a mí__ hija, no escuches a éste hombre.
__ ¿Por qué, papá?. Deja esa arma y explícamelo.__ le supliqué mientras me acercaba lentamente a él.
__ No, hija. La verdad es que, tu verdadero padre es Carlos; él fue el que abusó de tu madre.
__ No puede ser__ en ese momento me invadió una sensación de estar soñando. Sentí mi propia voz susurrar__ no puede ser verdad__ luego sentí alivio al pensar que, la persona que tanto quería era inocente de lo que, por tantos años juzgué.
Carlos, aprovechando una pequeña distracción de mi padre, se lanzó sobre él. Hubo forcejeos hasta que sonó un disparo. Temí que alguno de los dos estuviera herido pero, afortunadamente me equivoqué. El arma cayó al suelo y, mientras ellos seguían peleando, levanté el revólver; vi que un grupo de policías se aproximaban corriendo hasta el lugar.
__ Alto, tire el arma__ me indicaron al ver que yo la poseía. Hice lo que pedía.
Otro policía separó a Marcos y a Carlos. Luego nos trasladaron a una comisaría donde declaramos. Marcos y yo fuimos liberados; él, dos horas después que yo. Carlos quedó detenido gracias a mi testimonio. Seis meses después fue enjuiciado, se realizaron pruebas de sangre que confirmaron que Carlos era mi padre, el tribunal pensó que, efectivamente, todo se trataba de una violación debido a que no existía relación alguna entre mi madre y él, distinto al enjuiciamiento de Marcos en el que había un compromiso.
Me alegraba un poco que Marcos fuera inocente pero me entristecía que no fuera mi padre.
Dos días después del incidente en la feria, recién pregunté a Marcos cuál era el problema al que se refería Carlos, él me respondió:
__ Mi problema es que soy estéril. Un día, bromeando, dije a mi hermano, quién no soporta a los niños, que debería tener un hijo y regalármelo. Nunca pensé que tomaría en serio esa idea. Cuando me enteré que tu madre había quedado embarazada, inventé la historia de que, con su consentimiento, tuvimos relaciones, esa era la única forma que pude tener una hermosa hija.
Esa fue la explicación que Marcos me dio. Desde ese momento, a pesar de era consiente de que Marcos no era mi verdadero padre, en mi interior lo adopté como tal.
Hoy, dos años después de haberme enterado de la verdad, estoy preparándome para la boda entre Marcos y mi madre, quién nunca dejó de estar enamorada de él. La celebración será doble, dentro de tres semanas, ya que mi boda será en dos. Luego, ya que me recibí el mes pasado, podré instalar, junto a mi madre, una clínica propia.
Ahora no me entristezco porque sé que todo lo sucedido nos sirvió para, por fin ser felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario