Bienvenido a mi Rincón Literario

Quisiera expresar con palabras mágicas para mostrar el mundo que conocí a través de las maravillosas páginas de un libro. Páginas que me llevan a la risa y al llanto, que me hacen recorrer paisajes que nunca vería en otra realidad; páginas donde los personajes nunca mueren, quedan presentes y reviven cada vez que abrimos el libro. Páginas que pueden hacernos soñar con los ojos perdidos en ese mundo extraordinario.

Quisiera expresarlo pero esas palabras no existen, no se puede describir lo que leyendo podemos vivir”.


Ely Kraus

La Vida de la Muerte, un Milagro


El Dr Santillán acababa de salir del laboratorio con una gran sonrisa en los labios.
__ He logrado lo que tanto tiempo estuvimos buscando.
Empujó las puertas para descubrir el producto de su éxito; detrás suyo yacía un cuerpo inmóvil.
__ ¿Está muerto?__ preguntó el Dr. Parrado.
__ Si. ¿No es maravilloso?.
Todos nos acercamos a la camilla asombrados.
__ ¿Cómo lo hiciste?__ pregunté mirando el cadáver de mi amigo con una mezcla de alegría y envidia sinceras.
Santillán, orgulloso se sentó en su sillón, encendió su computadora y nos indicó que siguiéramos con la vista su explicación por la pantalla grande que colgaba de la pared opuesta.
__ Simplemente hice un profundo repaso de nuestros últimos descubrimientos__ y haciendo doble clic sobre un archivo, lo abrió y apareció una serie de fórmulas. La fecha de creación de éste era 19 de Octubre de 2005, exactamente diez años antes__ Podemos recordar que ese día, el presente Dr Parrado encontró un nuevo gen en nuestro ADN.
__ Si__ dijo Parrado apresuradamente__ estaba buscando la cura para el SIDA.
__ Y la encontraste, Julio__ respondió Santillán__ Es más, descubriste que era la cura para todo lo que, en ese entonces, se podía imaginar como motivo de defunción o de enfermedad__ hizo una pausa para abrir el segundo archivo__acá vemos de qué manera utilizamos ese descubrimiento.
__ Eliminamos el gen en todo el cuerpo, lo apodamos “el gen asesino”__ interrumpió Parrado__ esto aceleró notablemente la producción celular. Cualquier elemento orgánico, cuando su tejido era dañado, se reconstruía tan rápidamente que...
__ Que la gente dejó de morir__ agregué yo completando la frase.
__ Si__ respondió__ vencimos a la muerte. Claro que esto trajo ciertos inconvenientes para la policía porque no valía de nada amenazar a los delincuentes con el arma, sin embargo, también desaparecieron los crímenes. Se podría decir que, al no poder morir, el hombre aprendió a convivir.
__ ¡Claro!. ¡No le queda otra opción!__ interrumpí nuevamente.
Parrado me miró de reojo y continuó.
__ Como decía... trajo varias ventajas; las enfermedades desaparecieron, se acabó el hambre...
__ Sí..., claro__ me molestaba bastante escucharlo justificarse cuando ya sabíamos los desastres que había ocasionado su “Gran Descubrimiento”.
__ Sí. Se acabó el hambre, el ganado no moría, la vegetación crecía constantemente sin importar las condiciones del clima o el suelo. Ya no más pérdidas.
__ ¿Nunca pensaste que las generaciones posteriores heredarían la pérdida del gen?__ preguntó el Dr Santillán.
__ No.
__ ¿Tampoco pensaste que, al no morir, el mundo se superpoblaría?__ dije levantando la voz.
__ Nos tranquilicemos, por favor__ escuché detrás mío__ Santillán, vos encontraste la solución. ¿Podrías explicar cuál es?__ el Dr Rodríguez había permanecido callado pero ya se estaba cansando de tantas vueltas y peleas.
__ ¿Recuerdan que nosotros, con ese tema de la clonación humana, separamos células y las congelamos?__ preguntó Santillán.
__ Si, y creo que aún están intactas, nadie las usó desde aquel proyecto que nos rechazaron__ dijo Parrado.
__ Esa célula fue extraída a principios de 2004 y tiene en su ADN el Gen Asesino. Solo tuve que reproducirla.
El Dr Rodríguez se acercó al cadáver y dijo:
__ Ahora sabemos bien que la tarea de crear y manipular al hombre sólo le puede pertenecer a Alguien lo suficientemente Sabio como Dios. La vida y la muerte son igualmente necesarias, en la dualidad está el equilibrio que solamente Él sabe administrar.
Parrado se acercó a Rodríguez y, mirando a Santillán agregó:
__ Mario. Yo realicé una mutación en el ADN para que el gen asesino se desprendiera solo. Si no has realizado el mismo procedimiento en sentido inverso...
Se detuvo de pronto. La mano fría del que había permanecido sobre la camilla yacía aferrada a la de Parrado. Ante la sorpresa de todos, ese ya no era un cadáver.

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