Bienvenido a mi Rincón Literario

Quisiera expresar con palabras mágicas para mostrar el mundo que conocí a través de las maravillosas páginas de un libro. Páginas que me llevan a la risa y al llanto, que me hacen recorrer paisajes que nunca vería en otra realidad; páginas donde los personajes nunca mueren, quedan presentes y reviven cada vez que abrimos el libro. Páginas que pueden hacernos soñar con los ojos perdidos en ese mundo extraordinario.

Quisiera expresarlo pero esas palabras no existen, no se puede describir lo que leyendo podemos vivir”.


Ely Kraus

Bosquejo de un hombre

En un rincón de la plaza principal, escondido detrás del tráfico ciego de piernas que cruzaban apuradas, el frío se hacía cuchillo que penetraba en sus huesos. Nada era suficiente, ni sus gruesas ropas armadas con piezas sobrantes de distintos rompecabezas, ni la colcha que robó de algún tendedero imprudente, ni de las capas de cartones y diarios que protegían el hedor de su cuerpo olvidado por el agua. Nada podía compensar la cama arropada que guardaba en su memoria y que sacaba de vez en cuando impregnando su suerte con una sonrisa nostálgica, rodeada de piel percudida por el sinsentido de su existencia, buscando en ese recuerdo el alivio de su agonía sin final. Una mano se mostraba tímida de vez en cuando, suplicante pero sin esperanzas, mientras el gentío sin nombre advertía el escape de olor de esa extensión de suelo que cubrían las sombras, y con miedo genuino, desviaba la ruta cada vez más distante, cada vez más indiferentemente cruel. Un estorbo, una piedra en el camino. En eso se había convertido cuando el alcohol consoló su desdicha solitaria, cuando el dolor se sentó a su lado con una botella sin etiqueta a escribir su condena mientras la mente brillante de un gran poeta, revivía incansablemente la película de su tragedia, donde un padre y marido renunció a la vida y se convirtió en lo que era ahora: Un nadie.

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