Bienvenido a mi Rincón Literario

Quisiera expresar con palabras mágicas para mostrar el mundo que conocí a través de las maravillosas páginas de un libro. Páginas que me llevan a la risa y al llanto, que me hacen recorrer paisajes que nunca vería en otra realidad; páginas donde los personajes nunca mueren, quedan presentes y reviven cada vez que abrimos el libro. Páginas que pueden hacernos soñar con los ojos perdidos en ese mundo extraordinario.

Quisiera expresarlo pero esas palabras no existen, no se puede describir lo que leyendo podemos vivir”.


Ely Kraus

Para Siempre Juntos



La siesta con su pasividad guardó silencio después de la explosión del impacto. Apenas el sonido de dos pájaros aventureros que se animaban a posarse cerca del rodado que regaba de negras lágrimas el pavimento candente.
El cruel segundo había ejecutado su venganza contra aquella feliz pareja que solamente podía despertar en el tiempo la envidia de la eternidad en un simple y dulce beso.
Con un dolor mucho más profundo que el de las destruidas costillas, Carla miró a la razón de su vida tirada inerte, con una expresión inconexa en el rostro y los ojos vacíos de aquella expresión que ella tanto amaba.
¡Realidad funesta, ladrona de ilusiones! Poco quedaba de los sueños que habían construido con el entusiasmo movilizador, de aquel motor de vida que recargaban cada vez que sus cuerpos incandescentes se fusionaban en una pasión intensa y prometedora.
Un “Para toda la vida” que se cumplía de la manera menos pensada, sellando el juramento con sangre. Un “Para siempre” tan efímero como intenso que enterraba cualquier posibilidad de desgaste de pareja o de desilusión, que borraba automáticamente las inevitables futuras peleas.
La eternidad en un metro de pavimento, la pasión derramada entre los dos en un rojo carmín líquido que los unía más que nunca.
Ella se incorporó demasiado liviana, como si hubiera dejado la vida a un costado, como si su cuerpo se hubiera desprendido decidido a quedar unido al de él. Como si ella fuera un fantasma, como si…
Carla pronto comprendió que su “como sí” era su nueva realidad, era su presente inevitable.
Él, etéreo y celestial, parado junto a su cuerpo, le extendía sus manos. Alguien pronto encontraría aquellos envases vacíos como testimonios del desastre, mientras sus amantes almas resignificaban su “Para siempre juntos”.

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